Blogia
El baúl de Mawey

A LOMOS DE TUS PALABRAS

A LOMOS DE TUS PALABRAS A LOMOS DE TUS PALABRAS

Aléjate, que temo tu existencia,
que el viento no susurre más tu nombre.
No cantéis trovadores más leyendas
centenarias de altivos infanzones
que yacen sus pasiones bajo piedras.
Aléjate, que muero entre razones,
prisionera mi infancia de diamantes
y engañosos relatos de pendones,
de hidalgos caballeros ambulantes,
de montura feroz, de gran espada,
matando por lealtades muy cambiantes.
Al galope la vida me ha enseñado
a fundir en el fuego todo sueño,
y en el alma mi fruto se ha secado,
por un presente lleno de lamentos.
Alejaos, cuentistas, trovadores,
dejad de regalarme el firmamento;
Callad meigas, poetas, soñadores,
que sangra por mis poros tanta hazaña,
y con los cánticos de vuestras voces
me marchito temblando siempre al alba.

Aléjate que el miedo me recuerda
esas hojas ajadas de mi infancia.
En la perenne niebla se aposenta
tu sereno castillo de silencios,
sin espadas, sin lanzas y sin levas,
de conjuros y mágicos momentos.
No naciste infanzón ni eres monarca,
sino hidalgo del Norte y caballero,
guardián de los poemas sin morada,
escudo de palabras contra el fuego
por un río de versos y de plata.
-
Permíteme que amarre mi velero
al valor que presiento en tu mirada.
No abandones mi mano en el invierno,
aléjame del yunque y de la espada,
regálame el valor que ya no tengo,
enciende la amistad con tu palabra,
y la sed que me quema cual infierno
temblará con los versos de tus llamas.
Me verás en la senda, fugitivo,
cuando apague la vela de mi vida,
muriendo en la cuneta cual mendigo.
Me acogerás, amigo, con presteza,
con calor, envolviéndome en tu abrigo.
En ese último instante de pureza
entiérrame pegado a tu castillo,
y protege aquel último recuerdo
de los falsos hidalgos y de pillos,
de siniestros profetas y sus credos.
Siembra junto a mi tumba algún poema
y guarda la memoria de mis sueños,
a salvo entre tus versos, centinela.

M.A.W. 19 de Abril de 2004®

0 comentarios